Recién clausurada la exitosa exposición Goya e Italia, que ha tenido lugar en el remozado Museo de Zaragoza, la Fundación Goya en Aragón ha editado un folleto informativo-turístico acerca del insigne pintor de Fuendetodos y su relación con Zaragoza.
Pasamos a reproducir parte de sus textos e imágenes…
El 21 de mayo de 1736 se casan en Zaragoza José Goya y Gracia Lucientes.
El matrimonio tuvo lugar en la iglesia de San Miguel de los Navarros, de donde eran parroquianos los abuelos maternos, que aunque vivían en Fuendetodos, pasaban temporadas en la capital.
La familia Goya, de origen guipuzcoano, se había establecido en Fuentes de Jiloca, a principios del siglo XVII.
La familia se estableció en Zaragoza, en la calle Morería Cerrada, nº 12, en la parroquia de San Gil, donde vivirían sus descendientes durante un siglo, al menos (actualmente calle Tte. Coronel Valenzuela).
José Goya se ganaba la vida como dorador, trabajando, entre otros sitios, en la iglesia de San Pablo. Tiene el taller en la parte baja de su casa, y en ocasiones, debe atender encargos fuera de la ciudad.
Al tener cuatro hijos, deciden reformar la casa en que llevan años viviendo.
Se trasladan temporalmente a Fuendetodos, donde nacerá Francisco, en 1746, y pasará unos meses, antes de regresar de nuevo a la capital.
Durante su infancia, visitó en varias ocasiones el pueblo, y posiblemente, realizó la pintura del puertas del armario-relicario de su iglesia.
Según el plano de Zaragoza realizado por Casanovas en 1734, la ciudad tiene unos 400000 habitantes. Amurallada, mantiene sus ocho puertas. La mayoría de las calles son estrechas y sin pavimentar, pero el Coso tiene la misma amplitud que hoy día. La mayor parte de la población se dedica a la agricultura, ya que, gracias al recién creado Canal Imperial, la huerta de Zaragoza es de las más grandes de España.
Las diversiones que ofrece la ciudad son variadas. Destaca el Corral de Comedias, que sufrirá un terrible incencio en 1778 (en el lugar que ocupaba se cinstruitá seguidamente el Teatro Principal). En los días de fiesta se organizan procesiones, bailes y corridas, en la nueva plaza de toros, construida junto a la Real Casa de la Misericordia (actual sede de la DGA), antiguo hospital para pobres, al que se destinan los beneficios de las entradas de los toros. Las obras del templo del Pilar van ya muy avanzadas.
Francisco y su hermano Tomás reciben su confirmación en la iglesia de San Gil. Probablemente, estudió en las Escuelas Pías.
En 1757, dejan la casa de la calle Morería Cerrada (hipotecada desde la época de su reforma) y la familia Goya pasa a vivir de alquiler, cambiando con frecuencia de residencia.
Se han localizado todas las casas en las que vivieron, la mayoría en el entorno del Coso Bajo (que en aquellos años recibía el nombre de Piedras del Coso, por las que quedaban de la muralla romana), aunque solamente dos de ellas se mantienen en pie.
En la plaza de San Miguel vivieron entre 1769 y 1771, justo antes de que Francisco partiera a Italia, en su viaje de formación.
Coincidiendo con dicho viaje, la familia pasó a vivir en la calle Heroísmo, 49 (entonces llamada de la Puerta Quemada), que él, probablemente, no llegó a habitar.
Hoy, ambas se encuentran muy transformadas, debido a las reformas realizadas durante el siglo XIX.
Ya vivendo en Madrid, Goya y su esposa se alojaron en la esquina del Coso y la calle Alfonso I (Casa Molins), mientras el pintor trabajaba en sus frescos de la basílica del Pilar.
Desde los trece años, Goya asiste a la Academia de Dibujo, instalada en los bajos de la casa del Conde de Fuentes, origen de la Academia de Bellas Artes de San Luis. Comenzaba así su aprendizaje de la mano de José Luzán, el mayor pintor aragonés del momento.
En 1771, tras regresar de su viaje a Italia, recibe su primer encargo de importancia: las pinturas de la bóveda del coreto de El Pilar. Seguidamente realizó los frescos de la Cartuja de Aula Dei.
A los veintisiete años, se casa en Madrid con Josefa Bayeu y, aunque vivirán un tiempo en Zaragoza, en enero de 1775 se trasladan definitivamente a la capital del Reino. Pese a ello, Goya regresará en diferentes ocasiones, e incluso, en 1781, pasará seis meses en su ciudad, realizando los frescos de la cúpula Regyna Martyrum de la basílica de El Pilar.
De entre los personajes relevantes de la Zaragoza de la época, que tuvieron relación con Goya, cabe destacar alguno.
El primero, Ramón de Pignatelli, canónigo y regidor de la Real Casa de Misericordia, miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, rector de la Universidad y creador del Canal Imperial. Desde su privilegiada posición social, protegerá al pintor durante toda su carrera.
Martín Zapater, el más íntimo amigo de Goya desde su infancia, mantuvo una continuada y personal correspondencia con el artista.
Juan Martín de Goicoecha, uno de los más importantes hombres de negocios de la ciudad.
Finalmente, Francisco Bayeu, su cuñado y uno de los mejores pintores españoles del momento, algo mayor que Goya.
Gran parte de los bustos commemorativos del artista, realizados en Zaragoza, se han basado en la efigie de Goya anciano, pintado por Vicente López en 1826, y prorrogada por el famoso busto de Benlliure (1902), base para la estatuilla de los premios cinematográficos nacionales que llevan el nombre del artista.
Algunos de los más destacados momumentos que recuerdan al pintor en su ciudad, son los siguientes:
– Busto realizado por Honorio Gª Condoy (1926), actualmente en la Plaza del Carmen.
– Escultura realizada por Manuel Arcón (1991), en la Plaza de Toros, retratado en posición de tomar apuntes del natural en la misma plaza.
– Busto realizado por Iñaki (2008), sito en la avenida que lleva el nombre del pintor.
Asimismo, el rostro de Goya aparece en varios conjuntos decorativos y arquitectónicos, importantes en la ciudad: el Colegio Gascón y Marín y el Museo de Zaragoza, sitos ambos en la Plaza de los Sitios.
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